domingo, 24 de agosto de 2014

Historia de la industria textil y del vestido

Historia de la industria textil y del vestido


El hombre primitivo tuvo muy pronto la idea de vestirse con pieles de animales. Aprendió a coser las pieles con tendones, tiras de piel y tripas. Y más tarde fabricó hilos con fibras animales y vegetales (lana, lino, seda). El día en que las pesadas pieles fueron sustituidas por materias hechas con hilos muy apretados y entrecruzados, se acababa de inventar el tejido. Como los tejidos que hicieron los hombres primitivos se han podrido, no se han conservado, es imposible saber la fecha exacta de los orígenes de la hilatura y de la textura.


 


En la cueva de Lascaux (Francia) se han encontrado agujas y huellas de cuerda de hace más de 15.000 años. Y se sabe que el lino, el cáñamo y la lana se hilaban ya en Egipto y en la India hace, por lo menos, de 5.000 a 7.000 años. Durante mucho tiempo, los hilanderos e hilanderas utilizaron un instrumento llamado rueca. En la rueca se enrollaban las fibras y se fabricaba el hilo, luego éste se enrollaba en el huso. Más tarde se inventó la rueca de rueda o torno de hilar. Era un instrumento giratorio accionado por un pedal.
En Gran Bretaña fue donde se introdujo la mecanización textil. Las hilanderas, que trabajaban en sus casas, ya no daban abasto para proporcionar hilo suficiente a una industria textil en pleno auge.
 

El tejedor James Hargreaves inventó, en 1784, la primera máquina que fabricaba varios hilos a la vez.



GRECIA
No se tiene noticia de prendas interiores en Grecia.
La túnica de los humildes se denomina exomide porque deja al descubierto un hombro; se trata de un simple rectángulo de tejido anudado sobre el hombros izquierdo de modo que el brazo derecho disponga de toda la movilidad que precisa el trabajo (salvo en el caso de los zurdos) y con el vuelo recogido por medio de un cinturón.
Mayor categoría revelan las túnicas llamadas peplo y jitón. La primera se confeccionaba con tejido de lana y se relaciona con las mujeres. Túnica talar, consistía igualmente en un rectángulo de tejido doblado por la mitad y sujeto a los hombros con fíbulas y al talle con cinturón. Una estudiada colocación sobre el cuerpo producía hermosos efectos ablusados. Por su parte el jitón se relaciona con la túnica de lino, más ligera y adecuada para los meses de calor, procedente de las tierras de la Jonia, antigua Anatolia y hoy Turquía. No podemos hablar con certeza de túnicas masculinas o femeninas, salvo en el largo: talares para ellas, hasta la rodilla para ellos.
Sobre la túnica el único tipo manto de que disponía una mujer griega era el himation, manto diagonal. Su marido también la vestía. La dignidad militar se distinguía con la clámide o capa de caballero.
Los griegos rara vez se tocaban salvo para evitar el sol (pétaso o sombrero con ala) y solo se calzaban dentro de casa.
Con todo lo más sorprendente del traje griego no es el vestido, sino que el desnudo masculina alcanzara entre ellos la consideración de “traje nacional”. Auspiciado por la alta consideración de que gozaba la belleza masculina, el desnudo suponía para los griegos, además, un signo de civilización que oponían al pudor de sus vecinos y enemigos, los persas. 

ROMA
El guardarropa de los romanos pudientes ha crecido considerablemente comparado con el griego. La ropa interior, aunque muy simple, meras fajas de tejido que sujetan el pecho o protegen el sexo, dio lugar a un número sorprendente de términos: mamillarefascia pectoralis (literalmente, faja de pecho), licinium (calzoncillo), interula ysubligaculum (túnicas interiores, predecesoras de las camisas). Las túnicas son igualmente diversas, aunque siempre más cortas para el hombre que para la mujer. Ésta, cuando se trata de una verdadera dama, se caracteriza por los tirantes que rodean el cuello (stola con institae). Los mantos romanos son todos parientes de los griegos: el himation se denomina palio (palla para las mujeres) y la clámide, paludamento o sagum.   
Con todo, el manto más famoso de los romanos, y quizás de todos los tiempos, era la toga, símbolo de la ciudadanía masculina. Inmenso y pesado chal, siempre de lana y blanco, daba trabajo al gremio más próspero de las ciudades romanas: el gremio de los lavanderos de togas, que las blanqueaban con orines y otros productos repelentes.  La toga era forzosa vestirla con la ayuda de una mujer o un esclavo y las estatuas de los emperadores servían de modelo para ajustarla con propiedad. No obstante, a partir del siglo III EC comienza su declive en favor de una toga menos pesada y ajustada al torso con un procedimiento aún desconocido (toga contabulata) y sobre todo del palio griego, de lejos más ligero y manejable.
En los siglos finales del Imperio el traje romano revela un estilo sincrético, mezcla de caracteres mediterráneos y bárbaros. Paulatinamente se han ido adoptando numerosas prendas extraídas de las provincias: los pantalones (femoralia, feminalia, tibialia, braccae), la túnica de mangas largas (dalmática), el manto tipo poncho pero abierto a los lagos y con capucha (paenula) y el manto tipo poncho cerrado (casula,luego la casulla esclesiástica).
No se asumió el cabello largo de los bárbaros del norte, pero la barba y el bigote regresaron después del siglo II EC. Durante la República las mujeres romanas se peinaban afectando modestia con un moño en la parte posterior del cogote. En la época imperial, sin embargo, los arreglos peluqueros alcanzaron una complejidad inusitada y el peinado se convirtió en el elemento del traje latino más sometido a la volubilidad de la moda.

La historia de la industria textil se remonta al primer proceso de la industrialización en regiones de Europa y Estados Unidos y conforme otros países comenzaron su desarrollo, la industria textil jugó un papel importante como medio para la industrialización.
Basada en sus inicios la actividad textil en la producción doméstica ―la cual se refiere al trabajo en casa o talleres familiares― que permitían a los trabajadores obtener recursos en la temporada baja en la agricultura, trabajaban en la producción textil en la cual a través de un intermediario se hacía la entrega de materias primas y a la entrega de los bienes manufacturados el pago de la misma.
Con la invención de la máquina hiladora que utilizaba como fuerza motriz el agua, se dio el salto hacia un sistema industrial. Esta máquina exigía la concentración de numerosos obreros trabajando a jornada completa en un solo lugar, mismo que se encontraba junto a una corriente de agua.
Con el desarrollo de máquinas más complejas y su incorporación a la producción, así como también el uso de fuentes de energía masiva (corrientes de agua y posteriormente el vapor) para la producción de la industria textil, se terminaba con el trabajo doméstico, pasando a las concentraciones de trabajadores en un solo espacio de trabajo. Esta concentración del trabajo y su incremento en la producción en un solo lugar, debido a un mayor uso de máquinas, lo que dio origen a las fábricas y su proliferación en las grandes urbes.
La creación de las fábricas fueron acompañadas por un incremento en el uso de capital, al incorporar máquinas para la producción, así como una nueva división del trabajo, aumentado con ello la producción.
Este proceso descrito se tradujo en el paso del trabajo artesanal o trabajo doméstico al trabajo fabril, es decir, del trabajo manual a la mecanización del trabajo a gran escala (producción en serie). Este proceso fue acompañado por el cambio de la materia prima que en un primer momento se utilizaba la lana, y tiempo después el uso del algodón, lo que permitió una aceleración de la producción y el abastecimiento del mercado.
La industria textil y poco después la minería y la metalúrgica fueron las que iniciaron esta revolución industrial, ésta última a través del desarrollo y utilización del acero, mismo que permitió la incorporación de innovaciones en el desarrollo de las máquinas. Es decir, que los tres sectores concatenados permitieron el proceso de industrialización.
Todo este proceso de industrialización, se tradujo en una nueva división del trabajo, la expansión del capital y principalmente el desarrollo del capital comercial.


Conclusiones

Desde el inicio de la humanidad el hombre ha tenido la necesidad de crear prendas con los recursos que ha tenido a su alcance, empezó cazando animales para fabricar con sus pieles la ropa que usarían eventualmente, sin embargo, la industria textil y del vestido ha evolucionado con el paso del tiempo, y ha tenido que adaptarse a las diferentes necesidades de cada persona tomando en cuenta el ambiente en el que habitan.
Conforme va pasando el tiempo los seres humanos han descubierto la necesidad de innovar y han desarrollado las técnicas y herramientas necesarias para lograrlo, tales como la invención de máquinas que se creían impensables y que hoy en día son una realidad, han ayudado a impulsar esta industria gracias a inventos que permiten la producción en serie que facilitan el éxito de la misma .
Podemos ver cómo estos avances han sido decisivos para el desarrollo que tenemos hoy en día, es necesario adaptarse continuamente a las necesidades que van surgiendo en el mercado para satisfacer las necesidades de cada uno.

historiadelaindumentariaylostextiles.blogspot.com.es

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